martes, 4 de abril de 2023

La retroflexión en Gestalt

Estoy avergonzado de mí mismo.
Tengo que obligarme a hacer este trabajo.
No me gusto cuando hablo con ella.
Estoy decepcionado conmigo mismo por no alcanzar los objetivos.
Me siento enojado por mi tono de voz.


¿Alguna vez te encuentras pensando o diciendo alguna de las afirmaciones anteriores? ¿Qué tienen en común estas declaraciones? 
Todos son ejemplos de retroflexión.

Retroflexión es una palabra que significa volverse bruscamente en contra. Sin embargo, es una poderosa palabra autodestructiva, especialmente cuando las personas viven sus vidas en un estado retroflexivo constante. La retroflexión se define como la retención de emociones, pensamientos y comportamientos y su redirección hacia el individuo.

En su fase mas aguda, algunas de las manifestaciones incluyen:

Aislamiento.
Dolor físico.
Músculos inmovilizados.
Emociones restringidas y retenidas.
Ira y frustración autopunitivas.


Cuando una persona refleja un comportamiento retroactivo, el individuo se trata a sí mismo como originalmente quería tratar a otras personas u objetos. Las energías externas se dirigen hacia adentro para manipular y generar cambios en el entorno para satisfacer las necesidades del individuo. Una persona retroflectora se convierte en su propia peor energía.

Cuando consideramos las afirmaciones iniciales, el uso gramatical del cliente retrorreflexivo usa la palabra "yo mismo". La retroflexión dice: "Me avergüenzo de mí mismo" o "Tengo que obligarme a hacer este trabajo". El individuo realiza una serie casi interminable de afirmaciones, todas ellas basadas en la sorprendente concepción de que él/ella y él mismo/a son dos personas diferentes.

Veamos un ejemplo: Cada año escribo una lista de objetivos que deseo alcanzar mientras dejo espacio para el reajuste, dadas las incertidumbres de la vida. Espero mucho de mí mismo y, a veces , cuando las distracciones se interponen en el camino, como una llamada telefónica, una noche en la que veo la televisión o un viaje de fin de semana, me siento decepcionado conmigo mismo por no usar ese tiempo para trabajar en objetivos. Siento una pequeña gota de resentimiento hacia la persona que desvía mi atención del trabajo y, sin embargo, redirijo esas emociones hacia mí. Aquí, me niego a mí mismo la alegría de estar en el momento y tomarme un tiempo muy necesario para descansar. El resultado de mi retroflexión es un pequeño nivel de autocondena y culpa.

Lo que me ayuda en el proceso de alejarme de mi comportamiento y fomentar patrones más saludables es la autoconciencia. En el momento en que empiezo a reflexionar, me hago consciente de la sensación interna y cambio el diálogo interno en afirmaciones positivas y amorosas:

Merezco relajación.
Soy suficiente, tal como soy.
No tengo nada que demostrarle a nadie.
Necesito dormir para funcionar correctamente.
Necesito estar en compañía de otros.

La conciencia, como siempre, es clave para la identificación de patrones de comportamiento. Una vez que conoces la calidad de la relación que tienes contigo mismo, puedes cambiar más fácilmente a una forma de ser más positiva. Para casos más severos, sugiero hablar con un terapeuta para desarrollar estrategias terapéuticas más profundas. 
Eres tu mayor defensor y mereces que te traten con amor y amabilidad.