lunes, 17 de abril de 2023

Herencias familiares

Cuando pensamos en herencias familiares, generalmente pensamos en dinero, propiedades o recuerdos sentimentales. Pero incluso antes de nuestro nacimiento, estamos influenciados por los patrones mentales, emocionales y de comportamiento de nuestros padres, de la familia que nos rodea y de nuestros antepasados, incluso si nuestros padres no son quienes nos criaron. Este fenómeno se conoce como herencia psicológica.
La herencia psicológica ( también conocida como genealogía emocional ) se refiere a rasgos heredados, reacciones, patrones de comportamiento y nuestra visión de la vida. Se transmiten a través de los genes y persisten en el tiempo, y los llevamos con nosotros, de una situación a otra a lo largo de nuestra vida.

Los rasgos transmitidos inconscientes por nuestro linaje familiar pueden ser positivos o negativos. Por ej., incluso si nos nutrieron de una manera tóxica, podemos ser personas optimistas, agradecidas, amantes de la naturaleza, resilientes, inteligentes, talentosas, amables, con espíritu de aventura, con buen humor, capaces de perdonar y de amar. 

Por otro lado, incluso si nuestro entorno familiar es solidario y cálido, es posible que hayamos heredado patrones de ira, trauma, crueldad, evasión, violencia, miedo o disociación. Si estos rasgos negativos no se reconocen y se trabajan, corremos el riesgo de transmitirlos a las generaciones siguientes, a través de nuestros genes.

¿Cómo ocurre la herencia psicológica? Los abusos, la negligencia, la adicción y otros tipos de estrés severo vividos en nuestra infancia pueden generar más que recuerdos tóxicos.

Nuestras experiencias y las de nuestros antepasados ​​nunca desaparecen, incluso si se han olvidado. Se vuelven parte de nosotros, un residuo que se aferra a nuestra memoria genética. El ADN sigue siendo el mismo, pero las tendencias psicológicas y de comportamiento se heredan.

¿Por qué eso importa? Si la experiencia negativa no se transforma en algo saludable y positivo, los síntomas de esa experiencia se transmiten a la próxima generación, y la siguiente. El origen de la depresión, la ansiedad, los miedos, las fobias, los pensamientos obsesivos y ciertos síntomas físicos inexplicables se remonta a la genética. Estos síntomas forman el "trastorno de estrés postraumático secundario". Cada vez hay más pruebas de que heredamos (y transmitimos) los sentimientos negativos de nuestra familia de origen.

Pero hay buenas noticias: el ciclo se puede romper. En lugar de alejarnos de ella, buscar nuestra herencia psicológica nos da la oportunidad de dar sentido a la disfunción generacional en nuestra familia, y cada familia tiene algo. Aquí es donde la genealogía juega un papel tan importante. Al descubrir la fuente del dolor o la ansiedad que llevamos, podemos considerar lo que nos pasó y cuál nos gustaría que fuera nuestro propio legado. Podemos comenzar a sanar las heridas del pasado para construir un futuro más saludable y feliz.

En resumen, sea lo que sea que heredemos, podemos esforzarnos por:

Avanzar , lo mejor que podamos, en cualquier circunstancia

Abrazar la vida positiva

Elegir estar con personas que sacan lo mejor de nosotros mismos

Comprender no solo a nuestros antepasados, sino también a nosotros mismos y a nuestros hijos

Romper el ciclo de patrones familiares heredados destructivos

No podemos conocer la herencia psicológica de nuestros antepasados, pero podemos examinar los registros disponibles e intentar comprender. Podemos honrar a los que vinieron antes y reconocer lo que soportaron para que pudiéramos vivir.

Nuestra herencia psicológica no tiene por qué definir cómo vivimos nuestras vidas. Podemos volvernos más conscientes y aprender a vivir positivamente, prosperar y transmitir un legado diferente a nuestros hijos y nietos.

Nuestra herencia es tan única como nuestros antepasados y sus experiencias.